LA PEQUEÑA CRUZ DE PLATA
Era el lunes 10/11/2025 entre 5 y 6 de la mañana cuando me disponía a dormir. Me volteé hacia la derecha sobre la almohada. Llevaba puesto un par de pendientes con dos pequeñas cruces de plata. Me quité el pendiente izquierdo y lo guardé en la gaveta de la mesa de noche. Al quitarme el derecho, sentí que la cruz del pendiente se había salido... Efectivamente, no estaba.
Anoche martes 18/11/2025, antes de rezar el Rosario, me dije ya con tranquilidad: "Basta, deja de pensar en la crucecita. Olvídalo, compra otra… Tal vez, algún día alguien la encuentre...".
Dos horas después, ya a la medianoche de hoy 19/11/2025, mi esposo pasaba - como de costumbre - un toallín con agua y cloro por el piso, a la altura de la cabecera de la cama, debajo de las mesas de noche, por las mascotas, en prevención por algún insecto.
Apareció al noveno día...
Me toqué el cuello, el cabello por si había quedado enredada. Me senté cuidadosamente al borde de la cama. Me cepillé el cabello suavemente por si caía al piso. Revisé bien la cobija, la almohada, la gaveta abierta de la mesa de noche, pensando que tal vez habría saltado y caído dentro. Me puse de pie, sacudí las sábanas, la cobija observando bien el piso. Fui al baño, me quité el pijama, lo revisé bien por si había caído dentro... Nada.
Ya había amanecido. Corrí la cortina, entraba la luz del sol. Moví la cama. Revisé de nuevo todo el piso, especialmente el lado derecho, los rincones, el rodapié, alumbrada toda la habitación no solo con la luz del sol sino con la linterna del celular... Nada.
Mi esposo se sumó a la búsqueda. Volvió a mover la cama y otros objetos de la habitación. Revisó todo el piso cuidadosamente. Si bien era una cruz muy pequeña, era de plata y brillaba, deberíamos poder verla... Pero, nada.
Expandí la búsqueda hacia las otras habitaciones, sala, comedor, cocina, baños, pensando que pudiera haberse caído antes sin haberme dado cuenta… Nada.
Entonces, busqué en Google qué hacer cuando se pierde un objeto y encontré varias entradas sobre el ritual del vaso.
"Colocar un vaso de vidrio o cristal transparente boca abajo en un sitio seguro donde nadie lo mueva o toque. Al hacerlo, repetir esta frase: "He atrapado la nada en este vaso, la misma nada que hay en mis manos. Cuando mi objeto regrese, liberaré la nada que capturé."
Dejar el vaso en esa posición hasta que el objeto reaparezca. Si después de 10 días no se recupera, es posible que esté perdido para siempre".
Mi esposo se sumó a la búsqueda. Volvió a mover la cama y otros objetos de la habitación. Revisó todo el piso cuidadosamente. Si bien era una cruz muy pequeña, era de plata y brillaba, deberíamos poder verla... Pero, nada.
Expandí la búsqueda hacia las otras habitaciones, sala, comedor, cocina, baños, pensando que pudiera haberse caído antes sin haberme dado cuenta… Nada.
Entonces, busqué en Google qué hacer cuando se pierde un objeto y encontré varias entradas sobre el ritual del vaso.
"Colocar un vaso de vidrio o cristal transparente boca abajo en un sitio seguro donde nadie lo mueva o toque. Al hacerlo, repetir esta frase: "He atrapado la nada en este vaso, la misma nada que hay en mis manos. Cuando mi objeto regrese, liberaré la nada que capturé."
Dejar el vaso en esa posición hasta que el objeto reaparezca. Si después de 10 días no se recupera, es posible que esté perdido para siempre".
Hice el ritual. Coloqué el vaso sobre la mesa de noche y le pedí a mi esposo no tocarlo.
A los días, volvimos a revisar la habitación, cada rincón, el closet. Levantamos el colchón, la cama, sacamos toda la lencería: sábanas, cobija, almohadas, fundas. Limpiamos el piso. Revisamos el baño de la habitación una vez más… Nada.
A los días, volvimos a revisar la habitación, cada rincón, el closet. Levantamos el colchón, la cama, sacamos toda la lencería: sábanas, cobija, almohadas, fundas. Limpiamos el piso. Revisamos el baño de la habitación una vez más… Nada.
Mientras tanto, mi esposo me decía: "No puede perderse, voy a encontrarla".
Cada vez que limpiábamos, buscábamos afanosamente entre el polvo y desechos… Habían pasado los días... Y, nada.
Me sentía desconcertada, incómoda. No por el valor material sino por tratarse de una cruz que considero sagrada.
Anoche martes 18/11/2025, antes de rezar el Rosario, me dije ya con tranquilidad: "Basta, deja de pensar en la crucecita. Olvídalo, compra otra… Tal vez, algún día alguien la encuentre...".
Dos horas después, ya a la medianoche de hoy 19/11/2025, mi esposo pasaba - como de costumbre - un toallín con agua y cloro por el piso, a la altura de la cabecera de la cama, debajo de las mesas de noche, por las mascotas, en prevención por algún insecto.
De repente, sonrió sorprendido y dijo: "¡Gracias, Dios mío!". La vio allí, sobre el piso, a la derecha, a escasos 75 centímetros de nuestra cama, a la altura del rodapié donde buscamos tantas veces como en el resto de la habitación…Extendió su mano y me entregó la pequeña cruz de plata.
Apareció al noveno día...
Lloré. Agradecí a Dios. Y, también, tomé el vaso y recité: "Libero la nada que capturé".
Desde el 1/11/2025, Día de Todos los Santos y el 2/11/2025 Día de los Fieles Difuntos, he estado rezando el Rosario diariamente con las 7 velas: blanca los lunes. Roja los martes. Amarilla los miércoles. Violeta los jueves. Rosada los viernes. Verde los sábados. Azul los domingos.
Orando, agradeciendo a Dios, a la Virgen, a los arcángeles por mi esposo, nuestros familiares, amigos, mascotas, seres queridos, por los que sufren, por los que partieron…
En la meditación de los Misterios Gloriosos, la Ascensión de Jesús al cielo nos recuerda que Jesús, aunque ya no está físicamente con nosotros, sigue presente en nuestras vidas. Aunque no lo veamos, está allí.
Hoy leí sobre "el fenómeno de objetos que aparecen y desaparecen sin explicación experimentado por todas las personas por lo menos una vez, llamado 'El Efecto Dopler' (DOP) o Jotts".
Por cierto, estamos en temporada de Mercurio Retrógrado cuando es común que aparezcan o desaparezcan objetos. Y con Mercurio Rx en oposición a Urano: noticias sorprendentes, eventos sorpresivos, inesperados. Y en el mes Escorpio, tiempo de misterios...
Nada es casual... Todo conecta…
La pequeña Cruz de Plata siempre estuvo allí aunque no la veíamos. Me trajo un mensaje de fe, fortaleza, protección. Paciencia, confianza. Liberación de miedos, tristezas, culpas, pérdidas, preocupaciones, obsesiones. Perseverancia en la fe y la oración...
Lo que sube a Dios en oraciones, baja a la Tierra en bendiciones. ¡Que así sea!
¡BUENA FORTUNA!
Comentarios
Publicar un comentario